Luego de este hallazgo “Rayadito Subantártico” logra estar en el top 100 de los artículos más descargados en revista Nature. De un total de 3.250 artículos publicados durante el 2022 en su categoría, la especie descubierta al sur de Cabo de Hornos logró más de 7.700 descargas.
Interesante y enriquecedor para su experiencia profesional y personal fue para la investigadora de la Universidad de Los Lagos, Constanza Napolitano haber trabajado en lo que fue el reconocimiento científico de una nueva especie, el ave conocida como “Rayadito Subantártico” o Aphrastura subantarctica.
Dicha especie fue descubierta en el extremo sur de Chile, específicamente en un archipiélago denominado Islas Diego Ramírez, ubicado a unos 100 kilómetros más al sur de Cabo de Hornos, una especie parecida al conocido “Rayadito” del continente, pero con características diferentes.
La pregunta que se hicieron entonces el equipo de investigadores del Centro de Investigación Cabo de Hornos, o conocido como CHIC por su sigla en inglés, Cape Horn International Center for Global Change Studies and Biocultural Conservation (CHIC) fue ¿cómo esta especie de Rayadito, que se encuentra en el continente, desde Fray Jorge hasta Punta Arenas pudo llegar hasta esas islas tan apartadas y con condiciones climáticas tan adversas, con vientos que sobrepasan los 100 kilómetros por hora?.
La doctora en Ciencias de la Universidad de Chile, actualmente investigadora y académica del Departamento de Ciencias Biológicas y Biodiversidad de la Universidad de Los Lagos, quien dirige el Laboratorio de Genética de la Conservación, Constanza Napolitano, explica que la investigación surge hace aproximadamente 6 años cuando un grupo de investigadores comenzó a hacer visitas a las islas Diego Ramírez para realizar estudios de biodiversidad y notaron que había una población de ave terrestre “el rayadito”, pero en un hábitat totalmente distinto y con una forma un poco más robusta que el que se conocía hasta entonces y que habita en el continente.
Fue cuando surgieron una serie de estudios, utilizando 3 aproximaciones que fueron fundamentales: ecológica y conductual, morfológica y genética, en esta última participó la investigadora ULagos por su experticia, determinándose luego que sí se trataba de una nueva especie, que si bien provenía del rayadito del continente, había tenido una serie de cambios y adaptaciones que la hacían ser una especie nueva, un grupo único y demográficamente independiente.
“Cuando visitaron estas islas a 100 kilómetros más al sur de Cabo de Hornos, en el archipiélago Diego Ramírez, vieron la población de rayaditos y les llamó la atención cómo habían podido llegar hasta ahí, pajaritos que en su distribución continental pesan 12 gramos, muy pequeños, y se conocen por anidar en cavidades de troncos de árboles en los bosques, pero en las islas Diego Ramírez no hay árboles, sino pastos o hierbas largas, y probablemente llegó un grupo de aves ahí colonizando pero tuvieron que adaptarse para anidar en el suelo entre medio de esas hierbas”, sostiene la investigadora y agrega cómo estas aves han debido adaptarse al lugar donde se encuentran.
“En esa isla existen pocos insectos que es su alimentación en el resto del continente, con un clima muy adverso, ráfagas de viento que superan los 100 kilómetros, se estima que están cambiando su dieta y consumiendo crustáceos por la escasez de insectos en ese lugar. Es un ave un poco más robusta que la conocida hasta ahora en el continente, de unos 16 u 18 gramos, el pico más ancho y la cola más corta, todas estas adaptaciones debido a que ha tenido que comer cosas más duras como los crustáceos y la cola más corta porque no necesita volar grandes distancias, solo hace vuelos cortos entre las hierbas largas del lugar”, explica.
DESCUBRIMIENTO
La Dra. Napolitano señala que luego de analizar los aspectos ecológicos de hábitat, donde no hay árboles y anidan en el suelo en medio de las hierbas; de ver la aproximación morfológica, que son mediciones que se hicieron de los rayaditos del continente y los de la isla Diego Ramírez, con los cambios evidentes de peso y forma que se muestra, así como el estudio de información genética, se puede hablar del descubrimiento de una nueva especie. Toda información que fue revisada por especialistas, siendo datos considerados como concluyentes por Scientific Reports para determinar la existencia de esta especie el “Rayadito Subantártico”.
“La información genética nos puede entregar datos respecto de cuán similar genéticamente o conectada está una población con otra, esa es en la disciplina genética de la conservación, una de las preguntas más recurrentes en las especies amenazadas, saber si hay una población que está aislada o conectada con otra. Esto, debido a que poblaciones pequeñas y aisladas tienen mayor probabilidad de extinción. En este caso se comparó la genética de las poblaciones del continente con los individuos encontrados en las islas Diego Ramírez y lo que se ve es que no hay conexión, migración, o flujo génico actual entre el continente y la isla, por lo tanto es una población que ha estado totalmente aislada durante miles de años”, sostiene.
Agrega que “Los rayaditos de Diego Ramírez comparten una variante genética histórica con la población más al sur del continente, la de Cabo de Hornos, por lo que uno puede inferir que desde allí salió a colonizar este nuevo lugar, y que el nuevo grupo ha permanecido en Diego Ramírez bastante tiempo para que logren características genéticas distintas y todas las adaptaciones y cambios morfológicos observados. La colonización de las islas Diego Ramírez por parte de un grupo pequeño de rayaditos habría ocurrido posterior al Último Máximo Glacial, alrededor de entre 15 mil y 18 mil años atrás”, indica.
Luego de este hallazgo una de las próximas acciones -según explica la investigadora ULagos- es clasificar en qué categoría de conservación se encuentra esta nueva especie, cuya población es pequeña, dado el poco espacio que tienen en esas islas. Lo importante sería poder protegerla, por ejemplo del peligro que significaría que un depredador llegue a la isla, teniendo en cuenta cómo ha avanzado hacia el sur el visón, pero también podrían ser otras amenazas como gatos o perros, según se indicó.
Fotografías: O. Barroso, Juan Carlos Torres Mura, R. Mckensie
Ilustración: Mauricio Álvarez